La telenovela: la fórmula, la cultura y la industria.
omar rincón
[orincon@javeriana.edu.co]
[ Director Posgrado en Televisión, Universidad Javeriana / Director posgrado en Periodismo, Unversidad de los Andes / Crítico de televisión, El Tiempo / Autor de: Televisión, video y subjetividad, Norma, 2002 y Narrativas mediáticas, Gedisa, 2005 ]
“La explosión de los medios de comunicación ha favorecido la aparición de autopistas para la transmisión de discursos sentimentales y, como parte de este fenómeno, el sentimentalismo se ha convertido en uno de los lenguajes y uno de los medios más eficaces en la producción y transmisión de conocimiento en la actualidad”.
Jesús Martín Barbero
Una telenovela es (i) un formato televisivo (abierto, continuo, reitarativo) (ii) para contar historias de amor (iii) en género/tono/modo de melodrama (aunque no siempre melodrama, también suspenso y comedia) (iv) que se ha convertido en la industrial cultural (v) de América Latina.
0 [PENSAR LA TELENOVELA]
La telenovela nació en Cuba en el año 1952. Desde entonces se lloran sus historias, se viven sus personajes, se debate su valor cultural y es el tema más común entre nosotros los sentimentales. El melodrama llegó a América Latina vía Cuba. Primero en el formato de la cuentería en las tabacaleras y luego con la radionovela de Felix B. Caignet “el derecho de nacer”. Y de Cuba al resto de América Latina.
Y en América Latina tres estilos:
- Mexicano + Venezolano: Personajes cliché + Exceso moral + Virtudes inmutables + No referencia real.
- Brasileño + Colombiano: Hay historia y geografía. Está presente la cultura regional, la ironía y la burla. Aunque los personajes tienen matices, la estructura sigue siendo clásica.
- Argentino + Chileno: Urbano. Interior. Retórico. Guiño psicoanálitico.
¿Por qué estudiarla?
1) Las telenovelas son un modo de contar propio de América Latina (boom cultural) [estudiar el modo de crear]
2) Las telenovelas es nuestra industria cultural de exportación.
3) Las telenovelas son “lo más importante de lo menos importante” para que la gente “viva” la vida.
4) Las telenovelas establecen los puntos de referencia más comunes que tenemos como sociedad.
5) Colombia y América Latina está mejor representada en las telenovelas que en los noticieros de tevé.
1 [EL FORMATO TELENOVELA]
¿Qué es una telenovela? Una historia. “Una telenovela es una mujer que recibe 200 noticias. Dos buenas: una cuando conoce al tipo (capítulo 1) y la otra cuando se casa con él (capítulo 200). Las 198 noticias restantes son malas”, José Ignacio Cabrujas[1]. Delia Fiallo, una de las pioneras de la escritura de telenovelas considera que “los instrumentos de trabajo de un escritor de telenovelas son las pasiones, o sea, el común denominador del género humano. Y desde el primer hombre de las cavernas hasta el último sobre la tierra, siempre existirán la ambición, los celos, el odio y el amor”. La telenovela, entonces, pone en escena como fondo de la historia los mitos de la fatalidad, del azar maligno, del destino trágico. Fernando Gaitán[2], el genio de la telenovela colombiana (“Café con aroma de mujer” y “Yo soy Betty la fea”) sugiere caminos para que todo sea todavía más fácil. Él afirma que todos los argumentos de telenovela se pueden encontrar en seis historias-fuente: “La Cenicienta”, “Romeo y Julieta”, “El Príncipe y El Mendigo”, “El Conde de Montecristo”, “Cumbres Borrascosas”, “Los Miserables”. ¡Fácil! Exclaman los productores y ¡oh sorpresa!, también los intelectuales. Pero vaya y hágalo para ver que no es tan sencillo como parece. En la industria de la telenovela abundan más los fracasos que los éxitos.
[1] Siempre es una historia de amores contrariados. Más que el universo o la temática, importa el amor. La tesis dramática es “mujer pura salva a hombre equivocado”. Lo cual indica que una telenovela cuenta problemas de mamás e hijos, en los cuales al hombre se le admite la infidelidad (la equivocación) mientras la mujer debe ser coherente y consecuente (la pureza).
[2] La telenovela es un relato desde la perspectiva femenina. El amor de mujer es la estrategia de salvación del macho impoluto. Según, la tendencia mejicana, la mujer debe ser bella, pero pobre y, aunque latinoamericana, rubia; la villana es mestiza, morena y querendona. En Colombia la heroína debe ser otra cosa: trigueña, trabajadora, guerrera, madre de amor infinito, arregla todo, recursiva para la vida.
[3] En un discurso regresivo pero efectivo el amor de hombre es un premio. Los hombres deben ser pusilánimes, bobos, torpes, consentidos, indecisos, mimados e impotentes; su destino se verá determinado por las mujeres que le rodean: mamás, novias, amantes y la princesa. Según la tradición mexicana, el hombre debe ser rico, apuesto, preferiblemente europeo o viajado; el villano tiene que ser latino, mestizo y mezquino. En el caso colombiano, el hombre es el ser frágil tanto que hasta su nombre va en el título de la telenovela: “Pedro, el escamoso”, “Pobre Pablo”, “Francisco, el matemático”, (Martín)“El inútil”, “Juan Joyita”.
[4] El tono prioritario de la telenovela es el melodrama cuya estrategia de encantamiento se encuentra en sus personajes y el modo moral de enfrentar los conflictos. El melodrama surge con la revolución francesa (oral, exceso, moral, sentimental). Una telenovela es, así, un juego de emociones que pasa del suspenso al relajamiento, del sufrimiento a la catarsis, del goce a la identificación.
[5] Su estructura de narración es la fragmentación, la dilación y la repetición de los acontecimientos (Dago García). En palabras del autor más importante de Colombia, Dago García[3] (“Pedro el escamoso”, “Pecados capitales” y “La saga”) una telenovela es una carrera de relevos en los conflictos que sufre el amor; carrera que se guía, en simultáneo, por el azar y por el principio de causalidad. Los obstáculos son de diverso tipo: los otros sujetos, los rivales; el sí mismo y sus miedos; la naturaleza; la sociedad; el destino.
[6] La telenovela basa su atractivo y misterio en el suspenso que se crea con base en secretos, pasados desconocidos, engaños; algo que nadie conoce pero que es vital para la historia, constituye el origen de la trama, la mueve y su descubrimiento permite la solución final.
[7] La telenovela tiene un carácter moral que guía el relato; carácter que responde a las normas morales de conducta impuestas por el sentido común, la religión y las demandas del público; en ellas podemos ver un mundo ideal, o el ejemplo que nunca seguiríamos. En este sentido, la telenovela es formadora y confirmadora de las normas sociales. Hay una ley “natural” según la cual nada se hace sin una consecuencia igual: todo acto humano es rigurosamente contestado. Así la organización de los personajes es maniquea y la marca sexual es un recurso narrativo bien sea a través de la virginidad perdida o de la imposibilidad de sentir con otro u otra.
[8] La promesa final de la telenovela es el ascenso social vía el amor, el pasado desconocido, la justicia divina y humana.
[9] Su horizonte de significación es lo emocional. La telenovela es un discurso que significa desde la cultura de los sentimientos. Se asiste a su relato para sentir rabia, compasión, conmoción, angustia, excitación.
[10] Final Feliz. A diferencia de la vida real, donde lo común es que las cosas no siempre terminen bien, lo propio de las telenovelas es un final feliz para los buenos y un castigo para los malos. La idea es dejar satisfechos a los espectadores, que recompense su fidelidad a la historia. Esto forma parte del contrato tácito que existe entre productores y televidentes y cualquier cambio a esta estructura es considerado por el público como una traición. El público no perdona un final abierto o que los protagonistas no queden juntos.
2 [LA TELENOVELA ES CULTURA: IDENTIDAD Y RECONOCMIENTO]
La telenovela es un producto industrial, casi una fórmula. Pero este sólo hecho no explica su potencia comunicativa, ni su éxito de audiencia, ni su vitalidad de relato. La clave de fondo sobre la que trabaja la telenovela como lo demostró hace tiempo el maestro Jesús Martín-Barbero[4] es su potencia de significación cultural. El verdadero movimiento del relato de la telenovela es la ida del des-conocimiento (de quiénes somos) al re-conocimiento de la identidad (saber qué somos). Argumento de estudio: la telenovela representa la lucha por el reconocimiento latinoamericano, pues somos un pueblo aún en búsqueda de nuestra identidad. Siguiendo al maestro, la clave cultural de la telenovela se reconoce en:
[1] La telenovela recupera la expresividad de los sentimientos que no han sido incluidos dentro de un patrón burgués; así, genera complicidad emocional de clase y cultura.
[2] La telenovela pertenece al tiempo familiar, por lo tanto responde a una exigencia moral; a un espacio privado; a un modo de consumo; a un tiempo especial, el de la rutina y la repetición del hogar.
[3] Recupera el modo de contar de la tradición oral; la telenovela se oye, no se ve. Así su lógica del relato es la de “contar a”, narración que se construye sobre el “y entonces” por oposición a la lógica del “por lo tanto”, la prioridad de la acción sobre la psicología, del relato sobre el argumento.
[4] La gente disfruta mucho más contando la telenovela que viéndola por qué ahí es donde se hace la trama entre lo que la gente ve y lo que la gente vive. A la gente lo que ve le sirve para contar lo que vive.
[5] La cercanía sociológica de la telenovela se explica porque cuenta historias emocionales cercanas sobre la lucha entre las clases sociales y los sexos; presenta marcos de referencia para comprender la vida cotidiana; actúa como dispositivo del sueño colectivo.
[6] La telenovela visibiliza y reflexiona los grandes problemas populares: la paternidad irresponsable, el destino como futuro, el acoso sexual diario, la pasividad masculina, la fuerza femenina, las formas del poder, las historias de los excluidos de las oportunidades de expresión.
[7] La telenovela reconoce gusto y placer en las estéticas populares, por ahí pasan estéticas más reconocibles. Esas estéticas del exceso sentimental, la sobreactuación y la gestualidad extrema.
[En conclusión] El rating y la investigación han demostrado que la telenovela es un escenario cultural donde se juegan las identidades, representaciones y reconocimientos de las gentes del común. Y esto es así porque sus historias están próximas a las necesidades y expectativas de las audiencias. La telenovela es cultural porque permite el reconocimiento de los sectores populares: ¿Cuáles son esos criterios de regulación del gusto popular que expresa la telenovela?
(i) Exitoso es quien tiene amor.
(ii) La familia es la ley.
(iii) Los secretos son marca de familia.
(iv) La marca sexual es la ley.
(v) La hija de nadie / la búsqueda del padre.
(vi) La lucha de clases / el ascenso social.
(vii) Las soluciones son externas a uno.
(viii) Los hombres son pusilánimes, bobos e hijos.
(ix) Las mujeres son guerreras y madres que luchan por la vida y la dignidad.
(x) Hace sentir al televidente inteligente.
3 [LA INDUSTRIA CULTURAL]
La telenovela es el producto cultural más importante de América Latina, que se ha convertido en una industria y un gran negocio. Carlos Bardasano, (vicepresidente del Grupo Cisneros y presidente y CEO de Venevisión Continental) explica que la telenovela “sobrepasó los 2 mil millones de televidentes en más de 100 países, con doblajes y subtítulos a más de 50 idiomas, dialectos o acentos”. Asegura que se trata de un negocio tan grande que la cuantificación aproximada del mercado hasta el 2002 era la siguiente: México produce 3 mil horas anuales a un costo por hora de US$ 75 mil y una inversión anual de US$ 210 mil millones. Brasil, 1.900 horas a US$ 120 mil cada una con un costo anual de US$ 228 mil millones. Estados Unidos, segundo lugar como productor en 2004 con una inversión que supera los US$ 75 mil por capítulo. Estamos hablando de un producto de más de 2 mil millones de dólares al año, lo cual se traduce en un negocio muy interesante.
¿Cuáles son los beneficios industriales de la telenovela?
Þ Es el producto más atractivo de la televisión. No hay una combinación más rentable de costo y beneficio.
Þ Gran lealtad y aumento permanente del público televidente.
Þ Tranquilidad en un horario por un promedio de 6 meses de programación diaria estable.
Þ Asegura a los patrocinantes frecuencia de contactos, acercamiento a un target definido y continuidad.
Þ La telenovela tiene mayor oportunidad de ingreso por publicidad, a medida que se va desarrollando.
Þ Otros modos de negocio: campañas de promoción + publicidad informal + presentaciones + despedidas + product pleacement + merchandising
Þ Negocios conexos como la música. “Antes había que pagarle a un autor para que diera su tema musical, hoy sucede lo contrario”
Þ Mensajes educativos. Mensajes institucionales subliminales, educativos, de promoción desde un país hasta el lanzamiento de productos como perfumes o comidas rápidas.
Buscando la industrialización y la globalización desde Miami, vía Telemundo, y desde México, vía Televisa, se busca crear la “neutralidad” como criterio que certifica la universalidad del relato. ¿Cuáles son las reglas de la neutralidad telenovelesca?
[1] Neutralidad creativa: No hay que buscar nada nuevo; hay que crear siguiendo los dictados de la fórmula expuesta arriba: Mujer pura salva a hombre equivocado + tono melodramático + moral conservadora.
[2] Neutralidad de acento: No se hablará en el ritmo local, no es sólo problema de acento, es asunto de comprensión. Hay-que-hablar-lento. No se hablara rápido. Todo se debe vocalizar en exceso. Importa que se entienda lo que se dice. Se debe hablar con fonética y entonación mexicano-cubano. Lo mexicano por ser la industria más fuerte en la telenovela y lo cubano porque fueron quienes inventaron el melodrama para América Latina y habitan masivamente Miami.
[3] Neutralidad de territorios: Se vive en la ciudad y en el campo. No hay lugares con referencias históricas o culturales, sólo hay no-lugares (espacios sin memoria).
[4] Neutralidad cultural: No hay referentes de identidad cultural identificables, existe “un latinoamericano”, “un popular”, “una amalgama” en look y estilo mexicano-caribe. No existen modos propios de significar la vida, los conflictos que son locales no sirven. Jamás habrá alusiones políticas.
[5] Neutralidad moral: Los valores más aceptados por la mayoría de la gente son lo mas conservador: Familia + Tradición + Propiedad + Sexo-pecado. Siempre se debe apelar a las preferencias de la mayoría. Para no "ofender", la religión de los personajes siempre será la católica.
[6] Neutralidad expresiva: No se permitirán los juegos locales del lenguaje, nada de creaciones lingüísticas, nada de dichos locales; no se dirán groserías, ni malas palabras.
[7] Neutralidad actoral: Star System. No hay que actuar, sólo salir en cámara. Ahora, los papeles estelares serán los actores y actrices reconocidos por los televidentes. Se crean historias para los “star”( p.e., Thalia, Lucerito, Verónica Castro, Victoria Rufo, Lucia Méndez).
[8] Neutralidad de personajes: Los personajes tienen que ser "totalmente" buenos o "totalmente" malos. Es preferible que el galán sea bueno pero ingenuo, para que por sus continuas indecisiones la protagonista buena y pura sufra durante el mayor número de capítulos a manos de la mala y de la familia-mala del galán.
[9] Neutralidad narrativa: La historia no requiere de presentación de personajes, no se aceptará justificación de las escenas; se debe contar de conflicto en conflicto, de acción en acción. Se escribirá con frases y escenas cortas. La narración debe ser de velocidad y acción.
[10] Neutralidad industrial: Se hará remake de los éxitos ya probados. Para no equivocarse se pondrá en antena lo que ya fue éxito. No hay que arriesgar.
La telenovela neutra-internacional considera que uno como televidente quiere cada noche asistir a lo más terrible, a lo más mórbido y lúgubre, a lo más decadente, a más odio y podredumbre moral que la que hay en la realidad. Los televidentes nos convertimos, así, en alucinados espectadores de la maldad humana; cómplices del patetismo actoral. Los televidentes nos convertimos en felices feligreses del vacío de significado. En síntesis, ser neutro-internacional en telenovelas significa responder al gusto Miami. Pura fórmula, puro kitsch mexico-cubano, puro dinero, nada de significado.
4 [HAPPY END]
En el Festival y Mercado de la Telenovela que se llevó a cabo del 29 de marzo al 2 de abril en Punta del Este (Uruguay) se concluyó que:
(i) Cuando se escribe telenovelas no se puede nunca pero nunca-nunca irrespetar la memoria cultural y narrativa que tiene este formato en las audiencias. Hay que respetar que la gente sabe de telenovelas de tanto verlas.
(ii) La telenovela, sus personajes y sus autores son “como de la familia” de la gente. Por eso los productores no pueden ser infieles: hay que dejar de lavarse las manos diciendo que “es lo que quiere la gente” y hay que volver a respetar “la palabra”, el escribir bien, la moral de la sociedad.
(iii) Una buena historia es todo lo que se necesita. Una buena historia es aquella que dice tantas veces “te amo” hasta que todos lo aprendemos. Una buena historia está llena de retórica y respeto por el gusto de los sectores populares.
(iv) El poder de la telenovela está en los personajes. Ellos son los que generan la identificación y la magia. Se escribe para buscar el lucimiento de la “estrella”. Muchas, la mayoría de historias fracasan por un mal casting.
(v) Las historias de hoy no quieren personajes puros-puros o malos-malos, se buscan los matices, sobre todo el llamado héroe simpático o cordial. Hay que humanizar sin perder la referencia melodramática.
(vi) La ley de la industria la dicta Miami/Telemundo y México/Televisa. El público que importa es chicano, quiere hablar en español y busca a través de las historias recuperar lo que dejó en su país.
Happy end: Siempre que el arte se acerca a la telenovela lo hace para burlarse de ella por su sentimentalidad, estética kitsch y estética de la repetición. Así, la telenovela vista desde los artistas no es telenovela, sólo otra impostura de “mentes superiores”. La telenovela es arte cuando se respetan sus códigos expresivos y se los lleva a otro nivel de significación. Ojalá eso haga teodioamortanto.
Textos de referencia:
CABRUJAS, José Ignacio (2002). Y Latinoamérica inventó la telenovela. Caracas: Alfadil Ediciones.
GAITÁN, Fernando (2000). La telenovela, la hija rebelde de la literatura. Bogotá: Revista Gaceta #47. Ministerio de Cultura, pp. 26-31.
MARTÍN-BARBERO, Jesús y MUÑOZ, Sonia (Coord.) (1992). Televisión y Melodrama. Bogotá: Tercer Mundo.
REY, Germán (1999). El Encuentro de las tradiciones: el dramatizado televisivo. Revista Gaceta #44/45. Bogotá: Ministerio de Cultura.
REY, Germán (1994). “Ese inmenso salón de espejos: La telenovela colombiana en los 80 y 90”. En Historia de una travesía. Bogotá, Inravisión, p.436-437
RINCÓN, Omar (2002). Televisión, video y subjetividad. Buenos Aires: Norma.
RINCÓN, Omar (editor) (2005). Televisión Pública: del consumidor al ciudadano. Buenos Aires: La Crujía.
RINCÓN, Omar (2006). Narrativas Mediáticas: o como se cuenta la sociedad del entretenimiento. Barcelona: Gedisa.
Pensar la ficción televisiva (2005). Bogotá: Universidad Javeriana http://www.javeriana.edu.co/Facultades/comunicacion_lenguaje/ficcion_tv/memorias.htm
SANCHEZ, Pepe (1995). Expresar a Colombia en televisión. Bogotá: Revista Signo & Pensamiento #26, p. 69.
[1] CABRUJAS, José Ignacio (2002). Y Latinoamérica inventó la telenovela. Caracas: Alfadil Ediciones.
[2] GAITÁN, Fernando (2000). La telenovela, la hija rebelde de la literatura. Bogotá: Revista Gaceta #47. Ministerio de Cultura, pp. 26-31.
[3] GARCÍA, Dago (2005). Pensar la ficción televisiva. Bogotá, Universidad Javeriana, 2005 (ver: http://www.javeriana.edu.co/Facultades/comunicacion_lenguaje/ficcion_tv/memorias.htm)
[4] MARTÍN-BARBERO, Jesús y MUÑOZ, Sonia (Coord.) Televisión y Melodrama. Bogotá: Tercer Mundo, 1992
lunes, 16 de abril de 2007
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